Excitación Sexual
La excitación sexual, tanto en el hombre como
en la mujer, consta de varias fases sucesivas. Tras una fase previa de deseo
sexual, surge la fase de excitación, a la que continúa la de meseta, hasta
llegar a la orgásmica, y por último la fase de resolución.
El proceso comienza a partir de una fase previa
o de deseo en la que se van acumulando estímulos psicológicos en relación con
elementos eróticos, y con la estimulación fisiológica producida por el contacto
corporal (besos, caricias), que contribuyen a la excitación sexual,
especialmente si estas se realizan en algunas zonas llamadas erógenas del
cuerpo que cada persona encontrará de acuerdo al conocimiento de su propio
cuerpo y al de su pareja.
Como vemos, la estimulación sexual, la
erección y las respuestas varían mucho de una persona a otra y depende entre
otras de los variados y complejos mecanismos neurofisiológicos, psicológicos, y
ambientales, además de las repuestas hormonales, de los órganos de los sentidos
que de una u otra manera intervienen en la respuesta sexual humana, el
desenvolvimiento sexual de una persona.